Digamos que Milagro Sala ha sido expulsada de Lo Real (de lo conceptualizable). Y lo ha sido por algo arbitrario. De acuerdo a Lacan, ay, Milagro volverá no en la forma de lo reprimido, sino en la forma de lo alucinatorio.
Nos preguntamos qué es lo alucinatorio en una sociedad y nos respondemos con la imagen de Madres en su periplo por Plaza de Mayo (ay, Spinetta), -pesadilla que más de un "dinosaurio" no ha sabido neutralizar.
Pero nosotros tampoco sabemos neutralizar el encierro de Milagro; nosotros que (en nuestra ingenuidad) nos negamos a leer los signos y todavía actualizamos el "orden democrático".
Yo diría que lo que hacemos (por motivos espeluznantes) es negarnos a nosotros mismos. Tan fuerte es la "illusio" (la creencia).
"Tú crees vivir. Pero
sólo enciendes la muerte" / (Reb Daber) /
Debajo, galo suicida.

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