Cuando hablo, ay, yo, que no soy, que no existo (ante-heidegger) qué digo. Acaso que el develamiento tuvo un efecto positivo: los que no éramos empezamos, no siendo, a ser. Y éste es el punto. Ahora deberán vérselas con la presencia (casi nada) que es Todo.
Y/o, éste o, mejor, él.
Bronzino, detalle.
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